lunes, 24 de enero de 2011

La educación de niños con discapacidad

Cerca de ti, aunque no los conozcas hay personas que tienen dificultades para aprender, que no oyen, no hablan, no se mueven, no ven o no se comportan de la misma forma que generalmente lo hacen otros de su edad; también hay quien sufre convulsiones o los que no tienen sensaciones en las manos o en los pies y que necesitan de ciertos apoyos para hacer las actividades que tú o yo realizamos normalmente. Se dice que estas personas pueden presentar discapacidad.

El termino discapacidad se utiliza para englobar la gama de condiciones que afectan en diversos grados las capacidades y funciones sensoriales, intelectuales, motoras y emocionales. Es importante hacer hincapié en que: una persona que presenta discapacidad no es de ninguna manera un enfermo, la discapacidad no es una enfermedad es una condición.

Por lo tanto no debemos definir a la persona por su condición, ni centrar la atención en las limitaciones, sino en las fortalezas y facultades que cada uno posee para desarrollar las habilidades que le ayudaran a crecer, a sentirse útil y satisfecho.

Así, Educación Especial juega un papel trascendente, ya que al hablar de educación especial hacemos referencia a la atención educativa que se brinda a los menores que por su discapacidad o dificultades en el aprendizaje presentan necesidades educativas especiales.


En rigor toda educación debería ser especial, ya que cada niño a lo largo de su desarrollo y paso por la escuela en algún momento necesita de algún apoyo u orientación específica, algunos necesitaran un mayor grado de apoyo que puede permanecer durante toda su formación escolar que impulsen la creación de ambientes que estimulen nuevas formas de aprendizaje. 

De esta manera podemos observar que quizas algunos alumnos necesiten adaptaciones o modificaciones en sus experiencias de aprendizaje, y en consecuencia demanden del maestro y sus padres una planificación cuidadosa que atienda a esas diferencias particulares,  que a la vez permita que el menor participe en un sistema de educación sin temor a ser segregado o etiquetado, esto es, que este integrado e incluido en todas las actividades educativas del nivel o grado en el que se encuentra.